En el departamento de Malargüe, ubicado en el sur de Mendoza, la cristalina Laguna de la Niña Encantada es uno de los atractivos naturales más populares de la provincia y alberga algunos de los paisajes más hermosos. Muchas historias o leyendas cautivadoras intentan explicar los orígenes de estas maravillas naturales. Los cuentos de amor, encantamiento, fantasmas o dioses buscan explicar cómo estas maravillas surgieron y se transmiten de generación en generación. Estas historias agregan un aire de magia a lo que ya es impresionante en su belleza.

¿Qué hay en la Laguna de La Niña Encantada?

La Laguna de la Niña Encantada se encuentra en Malargüe, a unos 40 km de la ciudad capital, camino al Valle de las Leñas. Esta es una hermosa laguna de 80 metros de diámetro y con aguas cristalinas de tono esmeralda, que provienen de ríos subterráneos. Se encuentra en el escorial volcánico de El Infiernillo, un increíble campo de rocas volcánicas que al reflejarse en el agua producen sugerentes formaciones que han dado lugar, a lo largo de los años, a innumerables leyendas. La laguna es de particular belleza, ya que está rodeada por una acumulación de residuos de lava de cráteres cercanos. Cuando se produjeron erupciones en el pasado, el material incandescente fluyó por el curso del arroyo que alimenta el espejo de agua, lo cubrió y ocultó su aporte, que hoy es subterráneo. En la Laguna de la Niña Encantada no está permitida la pesca, pero sí se pueden realizar caminatas, cabalgatas y safaris fotográficos.

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Definitivamente vale la pena admirar y explorar el paisaje alrededor de la laguna. Puedes llegar a la laguna cruzando algunos puentes, y en el camino encontrarás letreros que explican la flora nativa que conforma el paisaje. El agua de esta laguna es tan clara que se pueden ver truchas arcoíris y peces fontinalis nadando cerca de la orilla. Si te sientes aventurero, puedes ir a bucear con un guía profesional.

¿Cuál es su historia?

Según una antigua leyenda, existió una vez en estas tierras un pacífico pueblo indígena. Los pobladores vivieron una vida tranquila hasta que los pehuenches comenzaron a realizar incursiones periódicas en sus tierras. Los pehuenches eran un pueblo muy belicoso y rápidamente trastornaron la paz de los lugareños. Para restablecer el orden perdido y asegurar un futuro sin enfrentamientos entre los dos grupos, se decidió que se realizaría un matrimonio entre la hija del jefe pacífico y el hijo del patriarca pehuenche. Esta parecía ser una solución que llevaría a ambos pueblos hacia una convivencia pacífica en estas tierras.

Elcha y su joven amante miembro de la tribu escaparon apresuradamente, sabiendo muy bien que serían perseguidos. Al darse cuenta de que no había forma de escapar de sus perseguidores, decidieron quitarse la vida en lugar de ser atrapados. Saltaron al agua helada debajo, entrelazados en los brazos del otro, para no ser vistos nunca más.

Los perseguidores llegaron a la cima de la montaña a tiempo para ver el salto, y gritaron amenazas hasta que la bruja de la tribu fue alcanzada por un rayo y convertida en piedra para siempre. Todavía se la puede ver allí, petrificada en su prisión de piedra, condenada a presenciar cómo en las noches de luna el reflejo del agua muestra la imagen de Elcha, la niña encantada, que se reencuentra eternamente con su amado.

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¿Cómo llegar a la laguna de La Niña Encantada en Mendoza?

La laguna de La Niña Encantada se encuentra en el valle de Uspallata, a 2 horas en auto desde la ciudad de Mendoza. Debe tomar la Ruta Nacional 40 y después la Ruta Provincial 222.

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