Día Nacional del Vino.

Una festividad que se ha difundido recientemente, aunque data de más de 100 años. Pero desde 2010, año del bicentenario de la Revolución de Mayo, el vino fue declarado la bebida nacional. Ratificó tal decreto con la ley que se promulgó en 2013, la 26.860. 

Luego, en 2017, se declaró el 24 de noviembre, \»Día del Vino Argentino Bebida Nacional” o simplemente Día Nacional del Vino. Siendo nuestro país el único en declarar a su vino como bebida nacional.

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El origen.

Los jesuitas, alrededor del año 1550, sembraron las primeras cepas en Santiago del Estero, unos años después en Mendoza y San Juan. Con el tiempo sería parte fundamental de la economía regional de Cuyo.

Hoy consideramos al vino como bebida nacional, en cuanto a su proceso de producción, sus variedades, ya famosas y muchas veces premiadas a nivel internacional. Pero también se le ha otorgado importancia por su masiva aceptación e incorporación en la mesa de los argentinos. Por ello celebramos la cultura tradicional que hizo parte de nuestra idiosincrasia argentina en el Día Nacional del Vino.

En todas sus formas de consumo, solo o con soda, blanco, rosado, tinto, espumante, perfumado con frutos, maderas, resinas o flores que realzan su exquisito bouquet; siempre nos acompaña en fiestas, citas románticas, reuniones con amigos, negocios, e incluso en soledad.  El vino es un elixir que toca el alma, es encuentro, recuerdos, sueños, todo estado de ánimo; esto es todo lo que celebra el Día Nacional del Vino.

¿Cuánto vino tomamos en Argentina?

En la década del 70, el consumo por persona durante un año, era de casi 100 litros. Hoy en día, ha descendido a menos de 20 litros.  Aún cuando el consumo interno ha descendido, continuamos perteneciendo al top ten de consumo, con un total de  más de 8000 hl, lo que transforma al nuestro, en el país con mayor producción para consumo de toda Sudamérica.

Argentina posee una gran variedad de climas y suelos, con este desafío en marcha desde hace varias décadas,  la vitivinicultura, que antes se hallaba concentrada en las provincias de Mendoza y San Juan, hoy se encuentra presente y prosperando en 19 provincias que supieron adaptar las condiciones a fin de  desarrollar la producción de vinos con cepas resistentes a tal diversidad climática.

Variedades.

De las variedades más producidas, el vino blanco torrontés es la única  cepa realmente autóctona. El torrontés se popularizó en todo el territorio nacional, con mayor concentración de la producción en Mendoza, San Juan y La Rioja, logrando una calidad solo comparable con el Malbec, una cepa europea adoptada principalmente en Mendoza.

Este último se ha transformado en la joya de la corona, siendo el Malbec mendocino el mejor representante a nivel mundial. En nuestro país se dispone de una enorme superficie de 45000 has. Para este varietal, sobre un total de  240000 has. productivas de viñedos de todo el territorio argentino.

El resto es destinado a otras cepas también de alta performance como Cereza, Bonarda, Criolla Grande, Cabernet Sauvingnon, Syrah, Pedro Giménez y otras. De esta manera, Argentina se encuentra en el quinto lugar de la producción mundial, con un 3,2 % del total.

En este momento se exporta nuestra producción a 127 países, como  Estados Unidos,  Reino Unido, Canadá, Brasil y Países Bajos que lo eligen por su excelencia en cuanto a calidad y técnicas de elaboración.

Como es sabido, el Malbec es la estrella, ya que su calidad se encuentra en el mismo nivel que los mejores vinos de la producción vitivinícola internacional. De hecho ha sido este varietal, quien nos abrió las puertas de una exigente élite, entrando la provincia de  Mendoza, al centro  del mundo vitivinícola. Podés disfrutar de todas estas variedades durante el Día Nacional del Vino.

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¿De dónde viene la palabra Malbec?

Malbec es una deformación del apellido Malbeck, del húngaro que promoviera una cepa muy especial en Francia. De ahí el nombre Malbeck, con el cual entró en nuestro país. De hecho así lo denominaban las primeras bodegas que lo elaboraron.

Tan antigua es su historia, que se remonta a la época de la conquista y luego de la gesta sanmartiniana. El prócer don José de San Martín, tenía fervor por el vino mendocino, especialmente el Malbec. 

Cuentan que invitaba a su casa en Mendoza, a conocedores de vinos de diferentes lugares. Les daba a catar vinos extranjeros y nuestro Malbec, cambiando las etiquetas para evitar los prejuicios, ya que se consideraban superiores los vinos franceses e italianos. Los invitados comprobaban que realmente el paladar sentía las diferencias, y ciertamente quedaban como ganadores los de procedencia mendocina. 

Mendoza es la tierra de los mejores vinos. Vení a Cabañas Uspallata para disfrutar el día Nacional del Vino con nosotros.